A partir de la investigación del caso Astesiano, la funcionaria realizó una serie de pedidos y reclamos que no fueron atendidos.
La fiscal de Flagrancia de 16° Turno, Gabriela Fossati, tiene un largo recorrido en Fiscalía y en el sistema de Justicia, cuando comenzó siendo jueza para luego pasar a desempeñar funciones en el Ministerio Público. Sin embargo, su actuación en el caso del exjefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, le dio un nivel de exposición pública como nunca antes, lo que también provocó que se ganara amigos y enemigos.
A sabiendas de que la causa era compleja por sus implicancias, el fiscal de Corte, Juan Gómez, reiteró en varias instancias que confiaba en el “profesionalismo” y la “dedicación” de Fossati, lo que la había caracterizado durante toda su carrera. En el Ministerio Público advierten que, por ejemplo, Gómez podría haber resuelto derivar el tema a una fiscalía especializada, pero lo mantuvo en Flagrancia.
Aunque el transcurso del caso Astesiano, que terminó con una condena de cuatro años y medios tras llegar a un acuerdo abreviado, dejó a la fiscal con distintos frentes abiertos, ya sea por temas internos de Fiscalía o discusiones con actores políticos y hasta periodistas.
Los cruces con Gómez
Las primeras idas y vueltas comenzaron en noviembre del año pasado, cuando Gómez adelantó que no preveía trasladarla a una dependencia especializada, pese a que ella se lo había pedido.
Para el fiscal de Corte carecía de sentido sacar a Fossati de la causa de Astesiano. Gómez entendió que primero debía terminar la investigación y lograr una condena. Eso generó molestias en la fiscal, quien declaró que le causó “sorpresa” la decisión de su superior. Ese mismo mes, elevó un reclamo a la cúpula de Fiscalía en donde aseguraba que estaba trabajando “con un tenedor” y que necesitaba “más apoyo” porque se encontraba “muy presionada”. De nuevo, Gómez entendió que la institución le estaba dando todas “las garantías”.
Fossati redobló la apuesta y, a través de una nota de Montevideo Portal, contó que había solicitado que se la apartara de la causa Astesiano. Vía mail, la fiscal le pidió a Gómez que sentía que no estaban dadas las condiciones para investigar y que lo mejor, para el caso, era que ella diera un paso al costado.
Ese mismo sábado, el fiscal de Corte le comunicó que no la iba a sacar de la investigación porque entendía que no había ninguna razón válida. “Las investigaciones se comienzan y se terminan”, resumió en ese entonces Gómez.
La causa continuó con dichos cruzados entre Fossati y Gómez a través de la prensa o de Twitter. En el medio, distintos actores políticos de la oposición apuntaban contra la fiscal y pedían que sancionaran a la fiscal.
Finalmente, una vez que se logró un acuerdo abreviado y la condena quedó firme, Gómez decidió sacar a Fossati de la causa y poner a Sabrina Flores en su lugar, lo que implicó también un cambio de fiscalía para ambas.
Denuncias sin efecto e investigación archivada
Cuando Flores tomó el caso, también tenía entre manos la investigación al exjerarca del Ministerio del Interior Gustavo Leal. Fossati decía tener indicios de que el frenteamplista había intentado obstruir la investigación del caso Astesiano al visitar a los padres del excustodio en barra do Chuí, y por eso había comenzado a indagarlo.
Sin embargo, unos dos meses después de que Fossati fuera apartada del caso, la nueva fiscal decidió archivar la investigación contra Leal. Esto, para Fossati, no estuvo bien y aseguró en su cuenta de Twitter que había “mucho investigar”.
En paralelo, la fiscal Fossati también había denunciado al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, por difamación e injurias. El líder político afirmó en una entrevista con Desayunos Informales (Canal 12) que la funcionaria no había “actuado de acuerdo a derecho”.
El fiscal Leonardo Morales entendió que no había elementos para responsabilizar a Pereira, dado que lo dicho estaba enmarcado en el derecho de la libertad de expresión.
Lo mismo sucedió con los reclamos que presentó contra los periodistas Alberto Grille y Carlos Peláez. En el primer caso, había sido por un editorial en Caras y Caretas que tildaba a Fossati de “cobarde”. Y Peláez había sido denunciado por la filtración de un audio, en el que la fiscal opinaba sobre “las condiciones” en las que había investigado a Astesiano.
Romano vs Fossati
Otro los enfrentamientos de Fossati fue con el fiscal Fernando Romano.
El funcionario subrogó durante una semana a Fossati, porque ella se había certificado. Unos días después de su reintegro, ambos protagonizaron una discusión, que terminó siendo denunciada por ella bajo el argumento de que fue víctima de violencia de género.
Gómez ordenó una investigación administrativa, la que terminó siendo archivada porque corroboró que se hubiera ejercido violencia por parte de Romano. “Fue una discusión entre pares”, resumió en un documento la Fiscalía de Corte.
Sin embargo, la denunciante dio un paso más allá y elevó la denuncia al ámbito penal. Después de la feria judicial se espera que Morales, quien también tiene este caso, resuelva si continúa investigando o si archiva.
Fuente: Montevideo Portal