Sastre valoró que «más allá del susto» no sufrió otras consecuencias físicas.
El asalto de este viernes a una joyería en Sarandí Grande (Florida) ocurrió a plena luz del día y en una localidad donde no son frecuentes episodios de esta naturaleza. «Más que poco habitual, yo no recuerdo que haya pasado algo así acá», dijo a Telemundo Rafael Sastre, trabajador del local.
El hecho ocurrió a las 9:30. Los tres adultos (dos hombres y una mujer) ingresaron a la óptica y joyería Málaga acompañados de una niña de tres años y redujeron a la dueña que estaba en el frente. En el fondo del local estaba Sastre, que cuando escuchó el incidente y se dio vuelta para ir hacia allá, ya tenía un delincuente que tapaba su cara con un tapaboca y le apuntaba con un arma.
Los ladrones le exigieron que se tirara al piso y que no los mirara a la cara.
«Nos dijeron que no gritáramos, nos llevaron al fondo y nos ataron. Cuando llegaban clientes también los llevaban al fondo. Nos dejaron a todos ahí. A la dueña le preguntaron dónde estaba el dinero. Se llevaron las cosas que querían. Nos decían constantemente que no nos moviéramos, que no habláramos, que no los miráramos. Después nos pidieron las llaves del local, preguntaron qué llave era de qué cerradura, trancaron y se fueron», relató el trabajador a Telemundo.
Sastre valoró que «más allá del susto» no sufrió otras consecuencias físicas.
En el local no había cámaras de seguridad y los delincuentes fugaron, pero fueron interceptados y detenidos por la Policía a la altura del kilómetro 108 de la ruta 5.
Se les incautó dos armas de fuego, además de lo que habían hurtado: relojes, joyas y $2.900 pesos.
La información preliminar indica que los detenidos no son oriundos de Florida. Hasta el momento tampoco se ha determinado el parentesco entre ellos.
Fuente: Teledoce