El comunicador se despachó con un posteo literalmente lacrimoso y de líricos vuelos, pero esa poesía no fue bien apreciada.

Tras ser cesado en Canal 4, el comunicador Ignacio Álvarez carga baterías en un destino exótico: el parque Serengueti, en Tanzania.
Pese a estar de vacaciones, Álvarez no se desconectó de las redes sociales y en las últimas horas sorprendió a sus seguidores —tanto los que lo admiran como los que lo detestan— con una publicación en un registro poco corriente en su pluma.
En dicho texto, que por momentos muestra ribetes líricos, Álvarez analiza las miradas de algunas de las personalidades políticas que ha entrevistado a la largo de su carrera, y culmina refiriéndose a la suya, en la que se aprecia una voluminosa lágrima.
“Dicen que los ojos son el espejo del alma. En estos 30 años de periodismo he mirado a los ojos a muchos pesos pesados de la política. El Pepe tiene una mirada súper profunda, Lacalle Pou una mirada segura, que no es lo mismo que soberbia como la de su padre. Orsi tiene una mirada frágil, Cosse dura y maquiavélica, Pereira evasiva, Manini falsa, Ojeda una mirada rapidísima y calculadora, Sanguinetti típicamente política, Batlle tenía una mirada inteligentísima, Tabaré una mirada convencida. Y yo, para bien o para mal, tengo una mirada transparente. Por eso pude y puedo mirar a los ojos a todos. Y sostener la mirada desde la sinceridad. Donde el miedo no existe. Porque la fortaleza reside en asumir las propias debilidades, sin temor a exponerlas. Entonces ya no hay nada que perder. Porque cuando te conquistás a vos, y aprendés a convivir con tus dolores, el mundo es tuyo; o mejor dicho, ya no te importa la mirada de los demás. Porque te importan todos los demás”, reza la publicación.
Si bien el posteo aborda de forma tangencial la política, justo es reconocer que se trata de un texto alejado de la beligerancia que Álvarez ha sabido mostrar en otros tuits, y hasta se podría calificar como apacible y reflexivo en comparación con aquellos.
Sin embargo, ese tono pacífico no bastó para aplacar a los numerosos haters y bromistas que siguen al reportero, quienes no dejaron pasar la atípica publicación y la saludaron con sarcasmo y burla.
Fuente: Pantallazo