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Para la fiscal el autor “reconoció a la víctima por la voz y la manera de vestir y le disparó a sabiendas de que era el nieto de su vecina lindera”.
La fiscal Bárbara Zapater pidió 20 años de prisión para un hombre de 35 años, por “homicidio especialmente agravado por la premeditación y muy especialmente agravado por la brutal ferocidad en reiteración real con un delito de receptación de armas de fuego”. La defensa del acusado señala que está “clarísimo” se trata de “un caso de legítima defensa ”.
El 31 de julio del año 2022, un hombre de 34 años mató a un joven de 22. El crimen ocurrió en la ciudad 18 de Mayo, departamento de Canelones. La víctima, con problemas de adicciones, hacía tres semanas había salido de prisión.
El abogado del imputado, Marcelo Frioni, contó a Subrayado que “el joven estaba robando en una casa contigua a la de su defendido”. Según el profesional, “el ladrón pretendía ingresar a la vivienda de su cliente, por lo que el hombre disparó una escopeta calibre 16”.
Para la fiscal el autor “reconoció a la víctima por la voz y la manera de vestir y le disparó a sabiendas de que era el nieto de su vecina lindera”.
El autor del crimen no dio aviso a la Policía de que había disparado un arma. El cuerpo sin vida del joven fue encontrado a las pocas horas, a pocos metros, dentro de una cuneta. La investigación dio con el autor del disparo, que dijo que no sabía el impacto de bala había dado en el cuerpo del ladrón.
Además, agrega Fiscalía, “dicha escopeta la tenía aprovisionada con un cartucho, en un pasillo que sale a la azotea, pronta para utilizarla. Luego de efectuar el disparo, se vistió, bajó a la calle donde se encontró con los vecinos, quienes habían salido a la vía pública por el ruido del disparo y el grito de la víctima, sin manifestarles nada respecto”. Además la escopeta utilizada estaba denunciada como robada.
“El móvil puede entenderse como frívolo y abyecto, ya que el imputado manifestó rechazo y repulsión por la víctima, estigmatizándola por su condición de adicto, pobre y que había salido hacía poco de la cárcel, desconociendo que la adicción es una enfermedad, un trastorno crónico, desconociendo la vida de la víctima y su origen. Denotando así en el imputado su respuesta violenta y fóbica a las personas mas desfavorecidas”, señala el documento de acusación.
Agrega que “pudo establecerse el crimen fue cometido por la condición de la víctima: adicto, condenado el año anterior por un hurto, al decir vulgarmente «el rastrillo», «el latero», que el imputado se consideró en el derecho de darle muerte, por lo que el motivo es nimio, abyecto y frívolo”.
En la audiencia de formalización se pidió la prisión preventiva, pero el responsable del crimen solo estuvo 20 días en la cárcel. Luego se resolvió su prisión preventiva. Tras vencerse el plazo, se le ordenó que fijara domicilio y se presentara una vez a la semana en la seccional de su barrio.
La defensa del acusado señala que está “clarísimo” se trata de “un caso de legítima defensa».
Fuente: Subrayado